El autor ofrece con una prosa agil un verdadero tratado sobre la usura en la Edad Media cristiana, demostrando desde una nueva perspectiva la vinculacion entre los campos de la economia y la religion, verdaderos pilares sobre los que descansaban las estructuras de la epoca. El usurero, tan odiado como imprescindible, est asociado con uno de los siete pecados capitales: la codicia. Aun durmiendo, su dinero le hace ms rico, manifestndose as como un ladrn de tiempo. El usurero est irremediablemente condenado al infierno. Sin embargo, en vsperas del auge de los grandes movimientos econmicos del capitalismo moderno, la teologa medieval salva al usurero del infierno e inventa para l una morada algo menos funesta: el purgatorio. As alcanza su doble objetivo: conservar la bolsa sin perder la vida eterna.